Derecha o Izquierda

Se habla de derecha e izquierda en la política mundial con una naturalidad y una convicción que no da espacio a la reflexión, todo el mundo utiliza ese lenguaje de forma cotidiana; en la sobre mesa, en la micro, en los medios de comunicación, en todos lados, pero cuando uno pregunta ¿qué es ser de izquierda?, ese concepto que se utiliza y maneja con la seguridad y soltura que un profesor de literatura podría tener al hablar de Neruda, ya no resulta tan apasionante, ni contundente, ni claro, como uno pudiera imaginar. Se habla de izquierda como un opuesto de la derecha, incluso como trinchera, pero ¿Cuáles son esas diferencias?.

En realidad, hablar de derecha e izquierda como quien habla de blanco o negro, vale decir, como cosas opuestas, no tiene ningún sentido en el mundo actual, tal vez 30 años atrás, cuando aún se enfrentaban dos visiones del mundo con diferencias importantes, podría haber tenido algún sentido, pero hoy ya no lo tiene.

Por fijar un punto de inflexión, podríamos decir que desde la caída del muro de Berlín en adelante, el proyecto que alguna vez tuvo la izquierda en el mundo fracasó, la idea de un Estado como ente totalitario y regulador de todo el quehacer de una nación, se práctica en muy pocas partes del mundo (China, Cuba, Corea del Norte e Irán, por citar los más importantes) y sus regímenes, en general, son altamente cuestionados y cuestionables, algunos por sus resultados económicos, otros por el atropello a los derechos humanos y la mayoría por ambas cosas.*

El proyecto histórico que se impuso es el del Estado-Nación, con tres poderes del Estado “independientes”, con un modelo de democracia representativa y un modelo económico de libre mercado (Capitalista) en el que, algunos países (Chile es una excepción flagrante y absurda), protegen de alguna manera su recursos naturales (renovables y no renovables). Si hubiera algún grupo comparativamente masivo y articulado a nivel mundial que proponga y luche por algo distinto, recién ahí podríamos decir que hay una izquierda en el mundo, pero lo que hoy decimos cuando decimos izquierda es lo mismo que decimos cuando decimos derecha, vale decir, reitero; Estado-Nación, tres poderes del Estado “independientes”, democracia representativa y libre mercado (Capitalista).

El más importante de los “triunfos” que la derecha perseguía no era por supuesto el resguardo de los derechos humanos, ni la protección de las libertades individuales, ni mucho menos el valor supremos de la democracia, de hecho; poco importa la calidad de vida de los Chinos, por ejemplo, mientras se pueda conseguir mano de obra barata (mayor competitividad le llaman); se discrimina a los homosexuales negándoles el derecho de escoger libremente a su pareja, o se criminaliza el consumo de marihuana aún cuando ésta es infinitamente menos dañina que miles de drogas legales que se venden en las farmacias y, sin ir más lejos; bastó que Frei y Allende chilenizaran el Cobre (una de nuestras materias primas más codiciadas), para que la democracia se transformara en “dictadura comunista” y fuera necesario sacarla del palacio de gobierno derrumbando a bombazos el mismo palacio si hacía falta para imponer la democracia y restaurar el orden (suena absurdo pero, Pinochet decía que su “triunfo” en esta “guerra”, era el triunfo de la democracia sobre la dictadura marxista).

El más importante de los “triunfos” que la derecha perseguía, era evidentemente la imposición de un modelo de mercado (Capitalismo) globalizado que fue y sigue siendo constantemente promovido por todos los medios; Televisión, Periódicos, Diarios, Revistas, Radio, Colegios, Liceos, Academias, Universidades, Enciclopedias, Cursos, Charlas, Partidos y Candidatos políticos o Dictadores y hasta Discursos religiosos.

¿De que manera resulta factible hablar de izquierda en el mundo si la izquierda hoy sostiene, valida y promueve los mismos principios defendidos e impuestos ya por la derecha?. Chile es uno de los países en donde este absurdo es más evidente.
Los Partidos de la Concertación estuvieron 20 años en el poder y fueron aplaudidos por todas las instituciones de la economía capitalista mundial justamente porque defendieron, promovieron y profundizaron el modelo neoliberal impuesto en dictadura. Los analistas políticos nos hablan de “la llega de la derecha al poder” con el triunfo de Piñera, pero resulta que la llegada de la derecha al poder acá en Chile se produjo con el golpe de Estado, por lo tanto llevamos 37 años de derecha. Otros nos hablan de que “el gobierno de Piñera es un quinto gobierno de la Concertación”, cuando en rigor, el gobierno de Piñera es un sexto gobierno de derecha.

¿Por qué seguimos hablando de derecha e izquierda entonces?

A mi me da la impresión de que falta autocrítica, falta este análisis que acá hago. Además hay muchos que, genuinamente se han tragado el cuento de que el Capitalismo es la respuesta al desarrollo económico (para lo que se requiere de una ceguera importante, cuando 3 mil millones de personas viven en la pobreza) y hay muchos que no son capaces de imaginar otras modelos económicos, otros modelos democráticos y otras estructuras de organización social que las que conocen desde que nacieron, las que les ordena el partido o las que les enseñan en la Universidad. Así, lo que llamamos izquierda en rigor, es un grupo de partidos políticos, dirigentes y gente común y corriente que se conforma con luchas que, comparativamente hablando, resultan secundarias o estéticas, como la que se lleva a cabo en Francia por el aumento de la edad de Jubilación, o como la discusión en Chile sobre el Royalty minero e invariabilidad tributaria. Los banqueros, que son realmente los que controlan el mundo, deben de reírse a carcajadas por estas verdaderas pataletas de la sociedad mundial, que cree que organiza una resistencia cuando forma parte de una protesta para mantener un privilegio o cree que persigue un ideal cuando alega por un impuesto más alto para transnacionales mineras que, ya tienen más Capital financiero que muchos países juntos.

No hay una izquierda organizada en el mundo con un proyecto histórico claro y articulado en respuesta a esta violencia de las instituciones que imperan y que, por unos numeritos en una cuenta bancaria (capital financiero o inversión, le llaman) a cambio de todos los recursos naturales y mundiales, tienen a todo el planeta, que realmente produce bienes y servicios, completamente endeudado.

Le Monde Diplomatique nos dice: “Otro mundo es posible” pero, ¿Cuál mundo?.

Nota al pie:

* El “éxito” económico de una China altamente industrializada, contrastado con el “fracaso” económico de una Cuba escasamente industrializada (ambos supuestamente comunistas), es un excelente ejemplo de que no, necesariamente, existe un vínculo entre en régimen político (con todas las diferencias de cada caso) y sus resultados económicos. En otra ocasión analizaré este punto y veremos que, probablemente una Cuba industrializada y abierta al mundo (como lo planeaba el Che) habría tenido enormes índices de producción y desarrollo social generando una competencia política inconveniente para los saqueadores mundiales que, por lo tanto, no tuvieron ni tienen más alternativa que seguir con el bloqueo de La Isla.

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