No a Hidroaysén (parte II)

NUEVO APAGÓN, VIEJO PROBLEMA

Para entender en plenitud las causas de los graves problemas que generan los masivos apagones y la consecuente falla de varios subsistemas que se derrumban tras una perturbación en el sistema troncal, hay que analizarlo separando la distribución de la electricidad, de la producción de la misma.

PRODUCCIÓN:

Ya explicaba en el artículo anterior sobre el tema, y además es conocido por todos, que la principal materia prima que sostiene la generación eléctrica, en el mundo, han sido los combustibles fósiles, hasta el punto de hacernos tan dependientes de éstos que, de acabarse el petroleo, ya no enfrentaremos una crisis energética mundial, sino una emergencia energética global. 
Oficialmente, en palabras del mismo Barack Obama, "... todavía no disponemos de los avances tecnológicos que nos permitan reemplazar totalmente los combustibles fósiles. Por tanto, durante los próximos 10 años, 20 años, todavía estaremos usando petróleo, todavía estaremos usando carbón..." . Ya sabemos que la verdad oficial es siempre una mascara que oculta la verdad concreta y real.
El panorama de supuesta crisis energética, más el calentamiento climático supuestamente causado por la actividad humana adicta al petroleo, ha abierto en el mercado un espacio para el desarrollo de las llamadas energías alternativas, en donde encontramos una creciente variedad de opciones, muchas de ellas con enorme potencial para Chile, más aún considerando que la extracción de petroleo en este país es casi nula.

Toda nuestra geografía y recursos naturales parecen favorecernos enormemente; contamos con el desierto cuya radiación por metro cubico es la más alta del mundo, contamos con enormes reservas de Cobre y Litio (con el que se hacen las baterías), kilómetros y kilómetros de costa y miles de centros termales para instalar plantas geotérmicas.
Pero, más allá de las energía eólica, solar, geotérmica o mareomotriz, existen otras alternativas silenciadas, simplemente porque con ellas no resulta posible ganar dinero, hablo de la llamada energía del punto cero o energía oscura o energía aetheron (llámale como quieras). Ya el celebre Nikola Tesla trabajó en la construcción de la famosa Bobina de Tesla, capaz de captar y distribuir gratuita e inalambricamente la electricidad de la ionósfera, pudiendo ser utilizada tan libremente como el aire.

Dejando a un lado ese tema que encierra de por si una solución definitiva, lo cierto es que sólo en términos de PRODUCCIÓN eléctrica, el camino que debiera seguir Chile es el de la diversificación de las fuentes de energía. Ahora, si en la estrategia energética del país añadimos un mejor diseño de DISTRIBUCIÓN, construir mega represas como las que se pretenden en la Patagonia, resulta evidentemente una locura.

DISTRIBUCIÓN:

Muchos de los más extraordinarios inventos han surgido de la observación de la naturaleza o tienen en ella ejemplos de eficacia y eficiencia; las abejas diseñan sus panales de manera tal que la temperatura se autorregula, lo mismo son capaces de hacer las termitas. Son innumerables los inventos inspirados o directamente copiados de la naturaleza, pero ¿qué hace la naturaleza para distribuir la energía?.

Un árbol como el de la fotografía, capta la energía del Sol a través de miles de hojas, cada una de ellas capta una pequeña fracción de la energía que luego se distribuye a todo el árbol. Su otra fuente de nutrientes es absorvida por las raíces gracias a un fenómeno conocido como Capilaridad, siguiendo así la misma lógica en terminos de diseño modular. Un Manzano adulto por ejemplo, es capaz de mover hasta 100 litros de agua al día sin la necesidad de una gran bomba que distribuya ese volumen. Con todo eso, le sobra energía para su subsistencia y se da el "lujo" de replicarse a sí mismo, es una fábrica perfectamente autosustentable y no contaminante.
Una placa fotovoltaica trabaja de una manera similar, cada célula capta una pequeña fracción del total que capta toda la placa, en un sistema que recibe energía de una fuente que está a millones de años de agotarse.

El sistema que usamos nosotros es absurdo, construimos enormes plantas generadoras de electricidad y la distribuimos virtualmente a través de un solo cable que, en el caso de Hidroaysén, necesitaría extenderse por 2300 kilometros lo que, descontando el enorme impacto ambiental y el costo de instalar torres y cables, implica una perdida de energía simplemente por recorrer dicha distancia.

Este diseño implica una enorme dependencia y, más grave aún, una enorme fragilidad.

El black out que vivimos el día sábado recién pasado es una nueva muestra de lo estúpido y criticamente frágil de este diseño de producción y distribución eléctrica. Bastó una sola falla un una sola sub-estación, para que el 90% de la población se quedara sin electricidad y, consecuentemente, colapsaran otros sistemas vitales para la forma de vida actual.


Saqueos en un supermercado, gente atrapada en los ascensores, cierre del Metro, incendios por accidentes con velas, caos absoluto en el transito vehicular y transporte público, fallas en los sistemas de comunicación, las redes de telefonía celular funcionaron parcialmente y ni que decir internet, cierre de las bombas bencineras, accidentes de tránsito, diferencias de voltaje en el retorno de la energía, 10 millones de personas sin electricidad, todo eso y más, por UNA falla en la sub-estación Ancoa. 
Tan frágil es el sistema que, si estuviéramos en guerra, nos aniquilarían muy sencillamente porque no nos podíamos ni mover, ni comunicar durante más de 2 horas.


¿Cómo resolver el problema entonces?


Lo primero que se podría hacer es cambiar el sistema de DISTRIBUCIÓN. Contamos ya, ahora, en este minuto, con la tecnología que nos permite construir casas e industrias energéticamente autosustentables, si así lo hiciéramos, las fuentes de energía serían inevitablemente diversas, cada cual implementaría el que mejor responda a su demanda dependiendo de la zona geográfica en la que viva y eso, dejando fuera las energías libres que también se pueden implementar. Además, una falla eléctrica en mi casa no dejaría sin luz al vecino o a toda una industria y mucho menos al 90% de la población.
En Alemania, por ejemplo, el gobierno implementó un plan gracias al cual un ciudadano puede comprar paneles solares e instalarlos en su vivienda gracias a un crédito, de esa manera las familias que no puedan invertir la importante suma de dinero que esto implica, en lugar de pagar una eterna cuenta de luz, pagan el crédito, además, como aumenta la demanda bajan los precios, se desarrolla el mercado y el crédito termina siendo mucho más conveniente que la cuenta mensual, sobre todo porque se termina de pagar y se rompe la dependencia.
En Irlanda hay una empresa que está desarrollando una máquina capaz de generar más energía de la que consume, lo que viola el primer principio de la termodinámica y me da nuevamente la razón en cuanto a lo que explico en mi otro blog (http://complejidadcreciente.blogspot.com/), pero nada de esto se toma muy en serio porque implica revisar más de 5 mil años de paradigma y encima, es un pésimo negocio.

  

¿Son verdaderamente tan estúpidos nuestros políticos que ninguno ha pensado en cambiar el diseño?.


El problema en realidad nunca ha sido energético ni de diseño, el problema es político, el problema es económico. La clase política mundial está secuestrada, es aliada o es la misma clase bancaria que gobierna al mundo entero y que impide por todos los miedos y por todos los medios, que se terminen los nichos de negocios a través de los cuales nos esclavizan.


La raíz del problema eléctrico y la raíz del problema político está en su diseño estructural. Concentración abismante de las plantas eléctricas que luego distribuyen la energía al resto del país y concentración aberrante del poder político en manos de unos pocos estúpidos que toman todas las decisiones y luego distribuyen sus ordenes al resto del mundo, la gran mayoría de ellas, a espaldas de la ciudadanía.