Educación: Negocio o Inversión social?

Parece que se nos ha olvidado la función del Estado, parece que se nos ha olvidado que si nos organizamos socialmente en Estados-Nación era precisamente para que estos megaorganismos garantizaran los derechos humanos básicos reconocidos en la declaración universal de los derechos humanos. Desafortunadamente, lejos de garantizar los derechos básicos, los Estados modernos dejan cada vez más derechos en manos del mercado, transformándose en Estados inútiles y dejando obsoleta la declaración de estos derechos, que figuran como un bonito documento enmarcado para ser exhibido en un museo, letra muerta y nada más.

La Educación figura, en artículo 26, como uno de estos derechos, sin embargo, más allá de estas formalidades legales que sólo han servido para ser tergiversadas (como las declaraciones del Animalismo en "La Granja de los Animales"), la educación debería ser una de las principales responsabilidades del Estado y ya ni siquiera porque sea un derecho supuestamente garantizado por la Constitución, sino simplemente por una cuestión estratégica, por una cuestión de desarrollo país, como la más importante inversión social.

Ya sabemos que la Educación en manos del mercado, aunque sea parcialmente, sólo genera exclusión, un verdadero apartheid social que produce y profundiza la ya eterna brecha entre ricos y pobres. A mi me da la impresión clara que, precisamente eso, es lo que se persigue con el modelo educativo Chileno.


Chile tiene dinero más que suficiente para financiar una Educación pública gratuita y de calidad, pero acá no se trata ni siquiera de si Chile puede o no  financiar la Educación, se debe dejar de ver la educación como un gasto y entender de una buena vez que la educación es el motor del desarrollo y por tanto resulta esencial invertir en ella.


Fin al Lucro


Más allá de añejas ideologías usadas por los partidos para repartirse el poder, lo cierto es que en la Educación no cabe el lucro sencillamente porque desvirtúa el fin de la Educación y genera una discriminación en base al dinero de las familias. El acceso a la Educación básica debe ser universal y en igualdad de condiciones, de manera tal que el acceso a la educación superior no esté determinado por la cuna, sino por las habilidades intelectuales desarrolladas en igualdad de condiciones, de cada individuo.
Lo que sucede en la actualidad es que los niños de familias con más recursos económicos nacen y se desarrollan con ventajas que nada tienen que ver con su intelecto, sino con el bolsillo de sus padres, por lo tanto, seguir permitiendo que intervengan capitales privados en la educación, seguirá perpetuando la desigualdad entre ricos y pobres, una desigualdad ficticia creada y sostenida por el capital, ya que los niños y jóvenes de familias pobres, no son menos inteligentes que los niños y jóvenes de familias ricas.


Si el Estado se hiciera cargo de la Educación, en su totalidad, no habrían ventajas y si tuviéramos problemas con la calidad de la Educación porque el Estado invierte menos recursos de los que se necesiten, la presión social sería transversal, porque nos afectaría a todos, eso generaría un control por si mismo.


Libertad de Educación


La lógica que ha imperado es la de poner por sobre el derecho a la educación, la Libertad de educación que, en la práctica, se traduce en la libertad para hacer de la educación un negocio, un negocio incluso con platas del Estado. El mismo ministro Lavin ha reconocido haber ganado dinero con sus inversiones en la Universidad del Desarrollo.


En Chile impera, por sobre el derecho a la una educación financiada por el Estado, el concepto de Libertad de Educación, vale decir, que cada familia tenga derecho a escoger el establecimiento en el cuál se eduquen sus hijos, sin embargo esa dicotomía entre Libertad de Educación versus Planificación del Estado, es una falacia, no existe tal dicotomía. Es perfectamente posible permitir que un grupo de personas financie (sin fines de lucro) un tipo de colegio o escuela que cumpla con lo que ellos desean como educación para sus hijos, basta que el Estado se asegure de que en dichas escuelas con procesos formativos alternativos, no exista el lucro, regulando por ley que, por ejemplo, dichas escuelas deban contar con matriculas y mensualidad libre de pago, alejando así a los inversionistas que no tengan real interés en aportar en Educación, pudiéndose financiar estos establecimientos con, por ejemplo, donaciones y beneficios tributarios.


Nos hemos olvidado que la educación no es la mera formación de profesionales, sino que es el motor de la cultura, tanto es así que aquellas carreras con poca demanda en el mercado laboral van quedando desplazadas o, aquellas carreras que, por su propia naturaleza no generan aportes monetarios o si lo hacen lo hacen como consecuencia pero no como fin, se transforman en carreras incómodas para las Universidades, no se invierte en ellas, no se sabe para que sirven y las dejan morir lentamente. Me refiero a Arte, Filosofía, Teatro, Música, Deportes en general, son parientes pobres dentro del sistema educacional.
La educación, como está actualmente en Chile (y hasta diría en el mundo), no forma ciudadanos, es una simple fabrica de capital humano, de cosas humanas, de analfabetos funcionales que sostienen y perpetúan un sistema social, político, económico y cultural, invisibilizando las profundas crisis que se viven en todo el mundo o, más que invisibilizando, escondiendo y chuteando hacia adelante las nefastas consecuencias de una civilización que ha fracasado. Lo que enfrentaremos muy pronto en el futuro es, literalmente, un cambio de civilización, un cambio total de todas las estructuras sociales, económicas y culturales, eso ya se está viendo y los centros de formación académica muy lejos de preparar a sus estudiantes para eso, ni siquiera han sido capaces de observar los síntomas de estos cambios, cuando se supone que su función es, precisamente, la de abrir el espacio para posibilitar, permitir y promover dichos cambios. Esta educación, tal como está, yo no la quiero ni regalada.