Desastre nuclear (En Chile?)



Hay muchas verdades absolutas, asuntos sobre los que no se discute ni se debate porque se dan por certezas; que el SIDA lo provoca el VIH, que el calentamiento global lo produce el ser humano con su industria contaminante, que el crecimiento económico es lo único que nos puede sacar del subdesarrollo y, particularmente para el caso de Chile, que necesitamos imperiosamente generar mayor cantidad de energía eléctrica. Desafortunadamente ya todos sabemos o deberíamos saber que hay una distancia relativa entre la verdad oficial y la verdad simple y dura, entre los comunicados que los gobiernos difunden por la prensa y los hechos concretos.
Sobre la base de la verdad absoluta de que necesitamos más plantas generadoras de electricidad, el discurso oficial es categórico y ha abierto la puerta a todo tipo de plantas eléctricas, sin importar que tan riesgosas sean para la salud humana ni cuanto dañen al medio ambiente, todo esto coronado con un acuerdo de cooperación nuclear firmado con Francia y otro, esta  última semana, firmando con Estados Unidos, adelantándole trabajo al señor Obama que viene precisamente de visita a nuestro país en unos días más, como lobbista de la energía nuclear, entre otros intereses industriales y políticos que representa.

Estados Unidos, Francia y Japón son los países que cuentan con el mayor número de plantas nucleares. Desafortunadamente, para estos últimos, ni su inmenso desarrollo tecnológico ni las tremendas medidas de seguridad en torno a las centrales nucleares alcanzaron a detener el poder de la naturaleza que, en los poco más de dos minutos que duró el terremoto, más los devastadores efectos del tsunami,  dejó a Japón y al mundo pendiendo de un hilo, atentos y alertas frente a una emergencia nuclear cuya magnitud sólo resulta comparable con la de Chernobyl en 1986 y que, producto de la falta de transparencia entre las verdades oficiales de Japón y las verdades oficiales de otras naciones, simplemente no conocemos aún el real alcance que tendrá este desastre nuclear.

La lógica aquí es clara y creo que debe ser una reflexión que casi inmediatamente hicimos todos los Chilenos. Si un país cuya disciplina milenaria se cuenta entre sus principales patrimonios, que se conoce como símbolo y cuna de la tecnología, que vivió ya los efectos de la radiación en carne propia, que lo único que tiene en común con Chiles es que está en un territorio igual o incluso poco menos sísmico y cuyo desarrollo industrial lo posiciona entre las primeras economías mundiales, si con todos esos elementos no fue capaz de construir una planta nuclear segura ¿Cómo podríamos nosotros, los Chilenos, que no hemos sido capaces (ya en dos intentos) ni de poner en orbita un puto satélite o mantener en funcionamiento unos cuantos ascensores en Valparaiso o de fiscalizar un simple hoyo en donde la cadena de inoperancia, coimas y silencios, sepultados en vida por 69 días a los ya celebres 33, mientras siguen muriendo mineros cómo, cómo, cómo podríamos ni en 100 años más construir una planta nuclear a lo menos decente?.

El ex Presidente Ricardo Lagos lo expresó asi:
“Pasará mucho tiempo y muchas investigaciones para poder replantear el tema, yo mismo señalé en el pasado la conveniencia de que Chile explorara la energía nuclear…El argumento que me daban (para descartar la energía nuclear) era que Chile era un país sísmico y respondía ‘Mire a Japón, es un país tan sísmico como Chile y tiene energía nuclear’, bueno ese argumento se acabó”

El contexto sin embargo es mucho más amplio y dentro de todas las variables que se puedan controlar con toda la tecnología y seguridad del mundo hay una, la más importante variable, sobre la cual no sabemos nada. Los terremotos aún no se pueden predecir, apenas se puede dar una alerta temprana que les dio a los japoneses menos de 2 minutos promedio para resguardarse, pero no se puede preveer la magnitud del próximo terremoto. Se llevan registro de los temblores, terremotos y tsunamis desde hace apenas unos 50 años lo que, en términos geológicos, es una muestra tan pequeña que resulta insignificante.
El terremoto más grande de la historia registrada sigue siendo el de Valdivia en 1960 (del cual mi padre es testigo directo), duró 10 minutos y tuvo una intensidad de 9.5 richter, 0.5 puntos más que el último en Japón. Los sismologos sin embargo pueden calcular que antes de los registros actuales se han producido terremotos más fuertes gracias a otras huellas que deja el movimiento brusco de las placas y esos megaterremotos pueden ocurrir en cualquier momento.
Otra variable indispensable en el análisis es el de los devastadores efectos de la contaminación radioactiva, comparable a los efectos de una bomba atómica pues, en términos radioactivos, produce daños igual de severos y permanentes tanto en la salud humana como en el medio ambiente.

Estas dos variables debieran bastar como razones para abandonar el camino de esta energía, sin embargo no son las únicas razones en contra ni serán nunca suficientes mientras hayamos puesto nuestro presente y futuro en poder de un grupito oligárquico tan estúpido y egoísta como el que actualmente gobierna en el mundo, porque ellos sólo piensan en el corto plazo, en las próximas elecciones, en el próximo balance de la bolsa y nada más, no importa si en 20 años más nos queda o no nos queda planeta. Chile no tiene ni tendrá, yo creo nunca, una estrategia energética, Chile como Estado-Nación no tiene estrategia ni agenda en ningún área, los únicos que si la tienen son los pequeños grupos económicos que de verdad detentan el poder en Chile y si se les ocurre instalar 50 plantas nucleares en el futuro lo van a hacer de la misma manera que lo han hecho con las Hidroeléctricas y Termoeléctricas en el pasado.

Ahora, suponiendo incluso que pudiéramos construir una planta muy segura, nos estamos saltando todavía varios pasos importantes. El primero ya lo mencioné ¿necesitamos efectivamente generar tanta más energía eléctrica?.
Los principales consumidores de electricidad son las empresas mineras, más del 60% de la electricidad que produce Chile se gasta en la extracción de nuestras riquezas minerales, son estas empresas (en su mayoría extranjeras) las que presionan, junto a las “inversionistas” eléctricas (también extranjeras), a los gobiernos para que se instalen cada vez más plantas eléctricas.
Si en lugar de incrementar la extracción de minerales, lo redujéramos, resulta obvio que la demanda energética también disminuiría. La razón por la que supuestamente eso no se puede ni debe hacer es porque disminuirían los ingresos fiscales y el crecimiento económico, sin embargo hay una enrome falacia en ello.
Chile cuenta con una de las principales reservas de Cobre (por no mencionar el litio y otros minerales) del mundo y podría controlar con ello el precio de este metal de la misma manera que lo hace la OPEP con el petróleo, sin tener que ver así mermados sus ingresos.

El segundo paso que debiéramos dar está en discutir cómo vamos a producir electricidad; con represas hidroeléctricas, con plantas termoeléctricas, con plantas nucleares o desarrollando las llamadas energías alternativas (mareomotriz, geotérmica, eólica, solar). Pienso que debiéramos movernos hacia el desarrollo de las energías alternativas, toda nuestra geografía es favorable para ellas, tenemos miles de kilómetros de costa, tenemos cientos de fuentes termales, tenemos vientos constantes a lo largo del país gracias a que estamos de cara al mar y contamos, además, con el desierto que recibe mayor cantidad de radiación solar por metro cúbico del mundo en donde podríamos sembrar miles de paneles solares. Además, el desarrollo industrial que eso implica generaría miles de empleos y podría posicionar a Chile como un líder en éstas tecnologías. Vale decir, incluso dentro de las lógicas del mundo moderno, movido por intereses económicos, a mediano y largo plazo este es el mejor camino.

Luego de la experiencia en Japón en el mundo entero se está cuestionando el uso y la seguridad de las plantas nucleares. Israel, que pensaba instalar una, ya echo pie atrás, en Alemania se han cerrado varias y en Francia se está discutiendo el tema, mientras en Chile, que está parado encima de dos placas en constante movimiento y que tiene el triste record de registrar en su territorio los terremotos más intensos, se está comenzando a recorrer el camino de la energía atómica.

Desafortunadamente no ha sido necesario que contemos con decenas de plantas nucleares para contar con victimas. Actualmente se investiga la muerte de 4 ex conscriptos y otros 60 que registran secuelas radiológicas luego de haber hecho guardia en el Centro de Estudios Nucleares de La Reina en 1989.
Pero claro, esos accidentes no alcanzan a ser noticias importantes cuando la raquelita es maltratada verbalmente por su musculín o cuando el raiting de la última teleserie nocturna supera al de la competencia continuando así con la inmensa falta de transparencia y promoviendo una mentalidad y una falta de información gracias a la cual ninguno de nosotros sabe más que un niño de quinto básico.

Comentarios

  1. Comentario recibido via mail

    Estimado Gabriel,

    He leído tu blog y estando de acuerdo con gran parte del contexto de los
    dos primeros párrafos, lamento que en los siguientes caigas tan fácilmente
    en la desinformación que propalan los medios. No tengo tiempo ni paciencia
    para ir punto por punto, pero te menciono algunos que me parecen graves:

    1. "[el] mundo [quedó] pendiendo de un hilo, atentos y alertas frente a una emergencia nuclear cuya magnitud sólo resulta comparable con la de Chernobyl en 1986 y que, producto de la falta de transparencia entre las verdades oficiales de Japón y las verdades oficiales de otras naciones,simplemente no conocemos aún el real alcance que tendrá este desastre nuclear."

    Cuál fue, según tu, la magnitud de la emergencia nuclear de Chernobyl? Decenas, centenas, miles, decenas de miles de muertos? Ocurre que el informe más completo y acucioso que finalmente completó en 2006 Naciones Unidas al respecto muestra que hubo 50 muertos entre bomberos y
    trabajadores de la planta, y que hubo otros 9 casos de muertes por cáncer atribuibles a la radiación. Cada muerte es un tragedia irreparable y lamentable, pero esto no es el Apocalipsis que pintaron los medios y que siguen puntando los que lo repiten como loros.

    Si uno miraba las noticias en los días pasados, parecía que el desastre de Japón era muchísimo más grave debido al accidente nuclear que provocó.
    Pero si creyéramos que este accidente llegase a ser tan grave como el Chernobyl, tendríamos un efecto casi indetectable frente a una tragedia
    300 veces mayor producida por el tsunami. Por decir lo menos, encuentro esta alharaca un poco histérica, desproporcionada y frívola, al lado de las veinte mil víctimas que ni alcanzaron a enterarse de que los reactores estaban en problemas.

    Tu hablas de falta de transparencia de las autoridades de Japón para informar sobre lo que estaba sucediendo. ¿Crees que es fácil saber lo que está sucediendo en medio de ese caos, en una planta que ha sido golpeada por un tsunami de 10m, sin luz eléctrica, sin teléfonos ni instrumentos?
    Crees justo pedir que tengan una "OIRS" funcionando para mantenerte
    informado a ti y al mundo que mira cómodamente el espectáculo desde el otro lado del Pacífico? Lo que si fue falta de transparencia es lo que
    hicieron las autoridades soviéticas que escondieron el accidente de sus propias víctimas, que no distribuyeron tabletas de yodo ni evacuaron a la población hasta 3 días más tarde porque no querían que se supiera lo
    sucedido. Háblame de transparencia. En Japón evacuaron las zonas hasta donde era imprescindible evacuar, porque en las condiciones de destrucción (por el tsunami, no por la radiación) se trataba de desplazar el mínimo necesario. Además, desde el primer momento se distribuyeron tabletas de yodo, que es lo que habría salvado del riesgo (y evitado las 9 muertes adicionales) en Chernobyl.

    2."El terremoto más grande de la historia registrada [...] tuvo una intensidad de 9.5 richter, 0.5 puntos más que el último en Japón. Los sismologos sin embargo pueden calcular que antes [...] se han producido terremotos más fuertes [...].

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  2. Continuación del comentario de Zanelli

    ...Esto no es lo relevante, ni menos en el caso reciente. Lo importante para la seguridad sísmica no es el grado de la escala (Richter u otra), sino la aceleración con que se mueve el suelo. La escala Richter es una medida de
    la energía total liberada en un terremoto, pero no dice si esa se liberó en un segundo o en una hora, ni si fue en 1 km2 o en un millón de km2. La aceleración es la que rompe las cosas, los edificios, los puentes y los reactores. Ocurre que las aceleraciones locales registradas en Japón y en California son más del doble de las que se presentan en Chile. Es cierto que tenemos un registro del último siglo solamente, porque la tectónica de placas no registra aceleraciones sino desplazamientos. Estos, aunque pudieran corresponder al grado 15 en escala Richter, no se sabe si ocurrieron en un período de unos minutos mil años. Eso hace la diferencia entre que no queden ni cerros mayores que el Santa Lucía y que nadie se dé cuenta.

    3. "Otra variable indispensable en el análisis es el de los devastadores efectos de la contaminación radioactiva, comparable a los efectos de una bomba atómica pues, en términos radioactivos, produce daños igual de severos y permanentes tanto en la salud humana como en el medio ambiente."

    De qué estás hablando? El caso de contaminación radiactiva más horrendo de la historia es el de Hiroshima. Hoy tu te puedes pasear como cualquier turista que visita el sitio justo debajo de donde explotó la bomba. De tus palabras parecería que nadie allí nunca podría volver a poner un pie ni crecería el pasto. Pues no es así. En el otro caso paradigmático (Chernobyl), fuera de la planta del reactor, la región que fue evacuada ha sido recuperada por la naturaleza, que se ha vuelto a repoblar de aves, lobos, osos y ciervos que no se veían desde hace mucho tiempo. De qué desastre ecológico me hablas?
    (Hay otro mito igualmente difundido --aunque tu no caes en él--, según el cual, las personas irradiadas desarrollaron malformaciones genéticas que fueron transferidas a sus descendientes. Esto no es así. No hay ni un solo
    caso registrado de esto, ni siquiera entre los sobrevivientes de Hiroshima.)

    4."¿Cómo podríamos nosotros, los Chilenos, que no hemos sido capaces (ya en dos intentos) ni de poner en orbita un puto satélite o mantener en
    funcionamiento unos cuantos ascensores en Valparaiso o de fiscalizar un simple hoyo en donde la cadena de inoperancia, coimas y silencios,sepultados en vida por 69 días a los ya celebres 33, mientras siguen muriendo mineros cómo, cómo, cómo podríamos ni en 100 años más construir una planta nuclear a lo menos decente?"

    Lamento estar de acuerdo contigo en que nos falta mucho madurar, nos falta rigor, nos falta seriedad y responsabilidad como sociedad. Pero eso también es cierto a nivel individual, y repetir mitos haciéndonos eco del sensacionalismo periodístico es parte de ese mismo síntoma que tu y yo criticamos.

    Que estés bien.

    Cordialmente, Jorge Zanelli Ex-Presidente de la Comisión Chilena de Energia nuclear

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  3. Agradezco se haya tomado el tiempo de leer y responder, parcialmente, a las opiniones que ahí vierto, sinceramente no esperaba una respuesta de su parte dada su habilidad para eludir, cuando le resultan incómodos, otros temas ya tratados. Obviamente tiene el derecho a callar cuando le convenga o cuando simplemente no tenga respuesta, sería el último en negarle ese derecho si tuviera el poder para hacerlo, sin embargo que no cumpla con su palabra y eluda dar respuestas, deja una imagen poco seria de su persona.

    No soy un escritor profesional, trato de que se entienda lo que escribo y de seguro muchos pensaran que escribo mal. Pero, más lamentable aún, es cuando se lee mal lo que ya está escrito con las limitantes confesadas.
    Precisamente por mi falta de preparación académica como escritor y porque en general abordo temas difíciles de comprender, procuro ser extremadamente cuidadoso con las palabras que escojo y las oraciones que hilvano lo que, obviamente, no elimina los errores en la elección de éstas.

    Volviendo a agradecer que haya leído lo que escribí, lamento que me haya interpretado tan mal y en otros casos, simplemente haya leído mal lo que, visto con atención, es bastante claro.

    Primero usted me cita en relación a lo que textualmente escribo sobre la EMERGENCIA NUCLEAR 1. "[el] mundo [quedó] pendiendo de un hilo, atentos y alertas frente a una emergencia nuclear cuya magnitud sólo resulta comparable con la de Chernobyl en 1986 y que, producto de la falta de transparencia entre las verdades oficiales de Japón y las verdades oficiales de otras naciones, simplemente no conocemos aún el real alcance que tendrá este desastre nuclear."

    Y luego replica:
    “Cuál fue, según tu, la magnitud de la emergencia nuclear de Chernobyl? Decenas, centenas, miles, decenas de miles de muertos? Ocurre que el informe más completo y acucioso que finalmente completó en 2006 Naciones Unidas al respecto muestra que hubo 50 muertos entre bomberos y trabajadores de la planta, y que hubo otros 9 casos de muertes por cáncer atribuibles a la radiación. Cada muerte es un tragedia irreparable y lamentable, pero esto no es el Apocalipsis que pintaron los medios y que siguen puntando (sic) los que lo repiten como loros.”

    La comparación que establezco entre Chernobyl y Japón la hago claramente en relación al nivel de alarma, emergencia, atención mundial, preocupación, movimiento de personal especializado y principalmente, evacuaciones masivas, que ambos desastres han provocado, dejando incluso de lado el desastre económico que todo esto conlleva. Uno de los componentes fundamentales de una EMERGENCIA es que cause alarma, no necesaria y únicamente muertos, no comparto su reducción del concepto emergencia o desastre sólo a la pérdida de vidas humanas. Leer, de alguna extraña manera, que yo pretendo compararlos en términos de la cantidad de muertos, es totalmente absurdo. Chernobyl es un desastre del pasado y por tanto de él ya se podría saber gran parte de lo sucedido, mientras que el desastre de Japón está recién empezando, falta mucho para tener claro cuantas víctimas no fatales y fatales tendremos que contar.
    Tan claro es esto que incluso escribí, y usted cita lo que yo escribí, “producto de la falta de transparencia entre las verdades oficiales de Japón y las verdades oficiales de otras naciones, simplemente no conocemos aún el real alcance que tendrá este desastre nuclear."

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  4. Continuación
    En relación a esta última cita aprovecho de aclarar que la falta de transparencia a la que me refiero, es esa nebulosa que resulta de las contradicciones entre la información que surge desde Japón y la información que surge de otros países y organismos internacionales, en donde incluso, ambas versiones difieren en la calificación de la emergencia, situándolas unos en grado 5 y otros en grado 6, según la Escala Internacional de Accidentes nucleares.
    Desafortunadamente, para su defensa de la Energía Atómica, son sus propias palabras, que pretenden replicar las mías, las que dejan en claro que frente a un desastre natural como el terremoto y tsunami de Japón, mantener el control de una planta nuclear resulta imposible, se transforma todo en un CAOS, como literalmente usted reconoce. Cito textual sus palabras

    “¿Crees que es fácil saber lo que está sucediendo en medio de ese CAOS, en una planta que ha sido golpeada por un tsunami de 10m, sin luz eléctrica, sin teléfonos ni instrumentos?”

    ¿Si ese es el escenario que enfrenta un país tan desarrollado como Japón frente a una emergencia nuclear, por qué usted insiste en bajarle el perfil a los riesgos de esta tecnología?. ¿De verdad piensa que en Chile podríamos hacerlo mejor frente a un terremoto?, ¿Realmente piensa que es una buena idea para Chile instalar plantas nucleares o tiene que ver con sus “intereses científicos” o quizá, y desde el punto de vista ético peor aún, defiende usted esta energía por intereses financieros?, ¿Quién financia sus estudios, de quién dependen sus ingresos?. No necesito recordarle que cuenta con el derecho a no responder estas preguntas así como no hace falta ser un genio para entender que optará nuevamente por el silencio.

    En nuestra segunda aparente discrepancia usted aclara lo que en realidad se mide con la escala Richter, lo cual agradezco y reconozco como un aporte, sin embargo eso no disminuye en nada el potencial riesgo que corremos en el caso de instalar plantas nucleares en Chile, simplemente porque todo el mundo sabe que los terremotos y sus intensidades siguen siendo impredecibles.

    Por otro lado usted escribe:

    “Si uno miraba las noticias en los días pasados, parecía que el desastre de Japón era muchísimo más grave debido al accidente nuclear que provocó. Pero si creyéramos que este accidente llegase a ser tan grave como el Chernobyl, tendríamos un efecto casi indetectable frente a una tragedia 300 veces mayor producida por el tsunami. Por decir lo menos, encuentro esta alharaca un poco histérica, desproporcionada y frívola, al lado de las veinte mil víctimas que ni alcanzaron a enterarse de que los reactores estaban en problemas”.


    Lamento que no haya comprendido mi columna, trataré de ser más claro en la próxima, pero de verdad me sorprende la confusión que surge de sus argumentos incoherentes. Por un lado usted reacciona frente a la comparación que hago entre los accidentes nucleares de Chernobyl y Japón y por otro lado compara los muertos que provoca un desastre natural con la cantidad de muertos que provoca un accidente nuclear.
    Los desastres que provoca la naturaleza como huracanes, erupciones volcánicas, terremotos y tsunamis, pueden producir muchos más muertos que todas las guerras y...

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  5. accidentes nucleares juntos si usted quiere, pero eso no disminuye la gravedad de los accidentes fruto de la actividad humana ni los hace comparables, precisamente porque los accidentes naturales son eso, naturales, muchas veces impredecibles, mientras que las guerras o los accidentes nucleares como el de Chernobyl o Fukushima son completamente evitables, basta con observar el interés económico que hay tras cada guerra y buscar soluciones pacíficas a los conflictos y reconsiderar la utilización de las plantas nucleares, tras las cuales, obviamente, también hay muchos intereses económicos.

    Al leer lo que usted escribe como respuesta a mi blog, me quedé con la sensación de que, en su cerrada y férrea defensa de la energía atómica, le baja totalmente el perfil a las otras variables que se deben discutir antes, y reacciona a lo que resulta accesorio en el contexto del análisis. No hace ninguna mención a si efectivamente necesitamos generar más energía eléctrica, que es fundamental en la discusión, no hace mención a los costos v/s beneficios que podría traer una eventual planta nuclear eléctrica en Chile, ni hace mención a las posibilidades de desarrollar energías alternativas, todo eso, que son los pasos previos ineludibles a considerar antes de hablar siquiera de energía nuclear en Chile, simplemente los obvia, como obvia usted, con su derecho a silencio, los temas que antes le he planteado.

    Mucho tiempo atrás un amigo me dijo que uno siempre debe mojarse el potito y que a veces uno se lo moja en agua tibia o en agua fría. Desafortunadamente algunos nunca se lo mojan, ni siquiera en agua tibia.

    ¿Defiende usted la idea de instalar plantas nucleares en Chile como solución al “problema energético”? ¿Viviría o compraría usted alguna propiedad cerca de esas plantas nucleares? ¿Se ofrecería como voluntario en el control de un accidente similar, entrando con un traje blanco?
    Frente a estas preguntas supongo que usted preferirá mantener sus nalgas secas, pues si un accidente nuclear no merece alharaca, mucho menos alharaca deben merecer algunas preguntas.

    Unos pequeños datos adicionales para lo que usted, señor Zanelli, parece considerar un incidente menor, de hecho despreciable si seguimos su lógica y lo comparamos con el meteorito que extinguió a los dinosaurios o con el maremoto en Sumatra.

    1 Contrariamente a lo que usted señala, se calcula que los efectos radioactivos de la bomba lanzada sobre Hiroshima son 500 veces inferiores a los efectos radioactivos del accidente de Chernobyl.
    2 Hasta el momento el gobierno Japonés ha evacuado a más de 170.000 personas en un radio de 20 Km alrededor de Fukushima. En Chernobyl fueron evacuados 116.000 personas y fueron reubicados alrededor de 220.000.
    3 El alto número de informes y documentales surgidos a partir del accidente en Chernobyl, arroja panoramas muy distintos, ninguno de ellos alentador y todos ellos siguen siendo controversiales. Usted menciona sólo el de Naciones Unidas, dejando fuera el de Greenpeace o el informe TORCH, realizado gracias a la propuesta del Partido Verde Alemán.

    No hay peor ciego que el que no quiere ver.

    Que esté muy bien.
    Cordialmente, Gabriel.

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