WikiLeaks WikiLios (World War Web?)

Wikileaks lo ha hecho nuevamente, bastaron 1,6 gigabytes de información con 250.000 cables secretos de la diplomacia estadounidense para poner los nervios de punta a la clase política mundial. Es cierto, muy cierto, que la información hasta ahora publicada no ha revelado nada que cualquiera con dos dedos de frente no pudiera adivinar o calcular sobre lo que, secretamente (o públicamente a veces pero con otro lenguaje), los embajadores del imperio piensan sobre el resto de los gobernantes con los que mantienen algún tipo de relación, pero eso no es lo importante, lo importante es que se han develado secretos de nuestra oscura clase dirigente y esto está recién comenzando, lo importante es que la red de redes es una plataforma que no se puede censurar, es un espacio totalmente democrático que, por tanto, permite que todo en ella sea posible, que la información vuele sin freno lo que asusta a todo aquel que guarda secretos que minen su poder.

Los que quieren chatear (¿se chatea todavía?) pueden hacerlo, los que queremos ver pornografía, podemos hacerlo, los que quieren ver videos de todo tipo, pueden hacerlo, los que quieren subir sus propias fotos y videos pueden hacerlo, los que queremos informarnos sobre lo que la televisión no quiere mostrar podemos hacerlo, los que queremos hacer un blog podemos hacerlo…..

Esta libertad absoluta de la red ofrece una posibilidad que nunca antes en la historia de la humanidad ningún dictador, ningún poder político, ningún imperio, nadie habría sospechado que tendría que enfrentar. Basta un click para poner a disposición de millones de personas (tal vez miles de millones) cualquier información, en esta caso información que deja ver la desnudes torpe del Rey.

Creer que tenemos democracia en el mundo es de una ingenuidad que, si antes me enojaba, hoy me conmueve y me da risa, lo que tenemos es una serie de oligarquías, una clase dominante que antes se llamaba nobleza y hoy se llama política y que para protegerse de estos “ataques de libertad” que surgen desde el anonimato, es necesario actuar rápido. Obviamente el imperio y toda la clase política entonces debía alinearse, ellos mismos deben de desconocer todo lo que guardan los archivos que todavía no se hacen públicos y en ellos, tal vez, se escondan secretos mucho más importantes.

Al creador de este “ataque en contra de la comunidad internacional” (se apropian de un concepto que nos engloba a todos), como lo calificaba Hillary Clinton, debe perseguirse y condenarse como a un terrorista, ya antes de esta filtración se le había acusado de violación y acoso sexual y hoy pesa sobre él una orden de captura internacional, ataques a la página web WikiLeaks que han servido de excusa para sacarlo de servidores como Amazon e incluso amenazas de muerte, porque la LIBERTAD, con la que se llenan la boca nuestros gobernantes, es únicamente un discurso. En la práctica sólo se busca libertad económica, cualquier otro tipo de libertad, sobre todo la libertad de expresión y de información, debe ser combatida como un crimen, por eso esta red de redes que es internet que ofrece posibilidades de libertad que difícilmente pueden ser censuradas es una herramienta tan interesante y “peligrosa”.

Al discurso oficial le ha salido gente al camino y son muchos los que escuchamos y compartimos visiones independientes de lo que sucede. No digo que estos discursos no oficiales sean todos verdaderos y serios pero resulta muy importante que dudemos del discurso oficial y escuchemos opiniones distintas e informaciones ocultas. ¿Qué habría pasado (¿qué pasaría?) si CNN por ejemplo, se animara a mostrar el documental “ZEITGEIST” en el cual queda en evidencia que el ataque contra las Torres Gemelas fue un ataque de falsa bandera?.

No, la libertad de información es un discurso lindo porque es una libertad inocua, es una libertad estéril, es una libertad entrecomillas, es una libertad engrillada, es una libertad condicional y condicionada (como los reflejos de los perros de Pávlov) que debe seguir engrillada. Los que controlan el mundo le temen a la libertad como si la ignorante masa endeudada y somnolienta pudiera salir de su letargo con una par de datos y corriera a cortar, eufórica y furiosa, la cabeza de los monarcas. No se puede correr el riesgo y por tanto es necesario ensuciar la imagen de Julian Assange (cabeza de WikiLeaks) o matarlo o, mejor aún, que sufra un "accidente" o sea asesinado por un fanático como el que dio muerte a JFK (para el que cree en esa absurda historia). Es necesario también encontrar rápido a los criminales que filtraron la información y lincharlos públicamente ojalá crucificarlos, como pienso que se debe haber hecho con aquel carpintero rebelde, para que nos quede indeleble (como nos quedó) el símbolo de lo que les sucede a los que se revelan, que es, en definitiva, la función sicológica de la cruz, de la tortura, de algunas prisiones y la función práctica de algunos organismos de inteligencia y su precisos, que no francos, tiradores. Poco importa si, efectivamente, el soldado Bradley Manning fue el que filtró la información, lo importante es el símbolo, que figure públicamente el castigo para que nos quede claro a todos que ese es el precio que se debe pagar si uno coopera con la libertad o se atreve a ser libre, de verdad libre, peligrosamente libre.